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UX y Desarrollo: ¿Cómo fomentar buenas prácticas y dejar de trabajar en silos?

  • Foto del escritor: Maria Dugarte
    Maria Dugarte
  • 23 may
  • 5 Min. de lectura


De la fricción a la sinergia

Hace años, conversando con un desarrollador, me dijo algo que se me quedó clavado hasta el sol de hoy:"Es que UX y desarrollo nunca se llevan bien".

Recuerdo quedarme en silencio, pensando: ¿Cómo puede ser? Si justamente son los equipos que más deberían entenderse.

En ese momento apenas comenzaba mi camino en UX. Me sentía un poco sola, defendiendo mi disciplina como podía, sin saber bien cómo articular su valor. No tenía todavía las herramientas, ni las habilidades blandas para negociar, traducir mis ideas, ni generar puentes.

Con el tiempo entendí que no basta con diseñar bien: hay que saber conectar con quienes construyen contigo.


¿Les ha pasado que diseñan una experiencia, la validan con Producto, todo parece estar aprobado… y cuando finalmente llega a producción, algo no cuadra?

Lo revisas y la interfaz no se parece a la maqueta... Adiós al pixel perfect, adiós a la intención.

Te preguntas: ¿pero qué pasó aquí?

Ahí es cuando sientes que hubo un vacío en el proceso. Que algo —entre el diseño aprobado y lo que terminó en manos del usuario— se perdió en la traducción. Y ese algo no es menor.


Si la respuesta es si, no estás solo o sola en esto. Hay un divorcio silencioso entre UX y desarrollo pero que, desde este artículo voy a comentar desde mi experiencia personal, cómo lo hubiera resuelto en ese tiempo desde la mirada que tengo ahora porque si, todo tiene solución, es solo fomentar buenas prácticas para ver los beneficios en el producto, el trabajo en equipo y el flujo armónico de procesos.



¿Para qué fomentar buenas prácticas entre UX y devs?


1. Para mejorar la calidad del producto

Cuando el diseño y el desarrollo están alineados, la experiencia final es coherente, usable y fácil de mantener. Esto se traduce en beneficios reales para el usuario, el negocio y el producto.


2. Para evitar retrabajo

Antes de diseñar, es fundamental tener conversaciones con:

  • Producto: Para entender el contexto de la iniciativa, antecedentes, métricas que nos ayuden a comprender y definir el porqué vamos a trabajar en esto, así podemos definir qué beneficio trae al negocio, al usuario y si hay valor en su desarrollo.

  • Equipo técnico y de desarrollo: Para comprender cualquier limitación técnica y también poder involucrarlos desde la fase de Discovery, a fin de evitar cuestionamientos internos de las decisiones de diseño, lo que puede terminar en frustraciones y tiempo perdido.


3. Para potenciar la innovación

Las ideas más potentes surgen del cruce entre lo deseable, lo posible y lo viable. Sin sinergia, buena comunicación, apertura de ideas y feedback, no es posible innovar en las 3 grandes categorías definidas por Doblin Group. Consulta el artículo original en Deloitte



4. Para fortalecer la cultura de producto

Un producto digital no es propiedad del UX, del Product Manager ni del Product Owner. Es el resultado del trabajo conjunto de todo el equipo, porque cada rol aporta una visión estratégica y vital en su creación. Cuando todos se involucran de verdad y lo sienten como propio, es ahí donde sucede la magia: nacen experiencias memorables para quienes las usan.




Estrategia para fomentar buenas prácticas

Te compartiré un paso a paso con mirada desde Design Ops para aplicar en tu equipo (esto es un ejemplo, eso si):


Ejemplo de Estrategia para definir buenas prácticas
Ejemplo de Estrategia para definir buenas prácticas



Consejos de oro (comprobados por mi experiencia personal)


Visibilizar el trabajo de UX:

Sociabilizar tu metodología de trabajo con el equipo ayuda a generar mayor empatía hacia lo que haces. En una ocasión me preguntaban por qué me demoraba tanto en hacer unas "pantallas", y fue súper útil mostrarles el paso a paso de mis actividades hasta llegar a la maqueta. Se impresionaron al ver que mi flujo tenía muchísimos pasos, organizados en cinco fases (en ese momento usaba Design Thinking como referencia).


Estimar y visibilizar las iniciativas UX:

Pese a que los diseñadores vamos uno o dos sprints adelante, es vital socializar nuestro proceso con el equipo de desarrollo, a fin de que puedan empaparse de nuestro lenguaje técnico y conozcan el esfuerzo detrás de cada tarea. Por eso, debemos integrarnos también a las planificaciones del sprint.

Funciona tener nuestras tareas en un tablero conjunto, realizar refinamientos compartidos y visibilizar la escala de estimaciones UX.


Fomentar la colaboración y el feedback técnico:

Es clave abrir espacios de intercambio de ideas sobre las propuestas de diseño con los desarrolladores. Esto permite descubrir limitaciones técnicas o adoptar mejores prácticas (ellos conocen muchísimo sobre componentes, buenas prácticas, tendencias, entre otros).

De estas sesiones han salido ideas nuevas y soluciones más eficientes, fruto del intercambio. Todo esto beneficia directamente al producto final.


Construir una relación sólida con el equipo de desarrollo:

Mantener una buena relación con cada persona del equipo, participar activamente en todas las ceremonias (en especial las retrospectivas) y generar espacios de comunicación seguros donde puedan expresarse libremente, ayuda a incrementar la confianza y el respeto mutuo.


Involucrar a los desarrolladores en el proceso de discovery:

Es fundamental compartir los resultados de este proceso clave con el equipo de desarrollo para mejorar la comprensión de las decisiones tomadas desde diseño, alinear objetivos y fortalecer el sentido de pertenencia de todos los involucrados en el proyecto.


Acuerdos de trabajo entre Devs y UX:

Sacar la bandera blanca y entre ambos equipos, definir acuerdos para trabajar cada día mejor, esto incluye definir cómo será un buen Handoff, acuerdos para revisiones de QA Visual (donde antes de pasar a ambiente de prueba vamos revisando que nuestro diseño vaya quedando tal cual como lo dejamos plasmado en el Figma) y así hasta el pase a Producción, con esto garantizamos un review feliz.


El Sistema de Diseño, punto de unión:

Hay que sacar la bandera blanca y, entre ambos equipos, definir acuerdos para trabajar cada día mejor. Esto incluye definir cómo será un buen handoff, establecer reglas para las revisiones de QA visual (donde, antes de pasar a ambiente de pruebas, revisamos que el diseño se haya implementado tal cual como lo dejamos en Figma), y así hasta el pase a producción. Con esto, garantizamos un review feliz.


Deja un espacio abierto para la conversación segura:

Una práctica que funcionó muy bien fue habilitar un espacio fijo en la agenda donde cualquier desarrollador pudiera agendar una reunión con UX.

Allí podían compartir buenas prácticas, proponer ideas, identificar oportunidades de mejora en los flujos del producto o simplemente dar feedback.

Estos espacios fortalecen la cercanía, fomentan la empatía y consolidan el trabajo en equipo.



Y finalmente... No se trata de ser UX versus Dev, sino UX más Dev.

La colaboración entre diseñadores y desarrolladores no es un nice-to-have. Es la base de productos que funcionan, enamoran y escalan. Recordemos que al final, no creamos pantallas ni dibujos. Estamos creando soluciones que impactan en personas y para que esto suceda, no puede hacerse desde la fricción, sino desde la conexión.



Gracias por llegar hasta aquí. Este artículo nace de los aprendizajes que he cultivado a lo largo de estos años, trabajando codo a codo con desarrolladores de todos los estilos y lenguajes. De cada uno aprendí algo valioso, y a todos les estoy profundamente agradecida.

Desde experiencia, tenemos una misión poderosa: tender puentes, cambiar miradas y abrir espacios de colaboración. Nunca es tarde para empezar a hacerlo mejor.

Nos vemos en un próximo artículo.


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